Bruja con animales familiares |
Hace un año que no publico una entrada pero, como este blog no lo lee nadie, no creo que importe. Hoy quiero escribir sobre el familiar del brujo. Es un concepto que en Aquelarre nunca se desarrolló del todo. Para los que desconocen el término, un familiar es un animal o demonio bajo la forma de animal que acompaña al brujo/a en calidad de sirviente y mediador con el infierno, procurando que el hechicero siga el camino del mal. Suelen adoptar forma de ratas, gatos o perros, pero también aparecen muchas veces encerrados en un objeto, ya sea una botella o un anillo.
En Ars Maléfica aparece el concepto Demonio Familiar ligado al de Espíritu familiar (pág. 150). Sin seguir ninguna tradición medieval, el autor señala que el espíritu familiar es un alma traída del limbo por el hechizo Reclamar al Arrebatado (que sale en el mismo suplemento): "el familiar es creado como último medio para que unos padres no pierdan a su hijo, encarnado al espíritu de su retonoño en un animal". Es una explicación un poco traída por los pelos. Pero lo peor es que el espíritu del niño puede ser convocado de nuevo por un brujo que le obligue a ponerse a su servicio. Esta existencia torturada lleva al familiar a veces a buscar un demonio que le libere a cambio de entrar al servicio del infierno. Por qué servir al Infierno es mejor que servir a un brujo, el autor no lo explica, pero si el familiar acepta, pasa de ser de un espíritu a un demonio. Según se señala en el texto, el "Infierno usa a sus espíritus familiares de manera frecuente, otorgándolos a los aprendices de bruja para su educación e instrucción". Incluso pueden aparecer sin ser invocados. Pero no puden lanzar hechizos porque carecen de PC.
El concepto no me gusta por dos razones: primero, porque es muy rebuscado (el capítulo se extiende a lo largo de cuatro páginas) y segundo, porque creo que no cubre todos los supuestos que se dan en la tradición histórica, porque da por supuesto que todos los familiares se encarnan en animales, y no dice nada de objetos, que era una opción muy popular entre los aficionados a invocar demonios: "ligaban a los demonios en anillos para varios fines: alcanzar mujeres, alborotar mares, vencer en batallas, ganar aficiones y otras cosas" (Causa de Fray Pedro Moliner, 1641). Este fraile aseguraba que los demonios familiares eran buenos para "descubrir tesoros y moneda encantada..., y también para facilitar mujeres y alcanzarlas, y para ganar siempre al juego y ser estimado de las gentes, y había dicho que aquello se llamaba el anillo de las cuatro virtudes".
De esta manera, tener un demonio familiar se parece bastante a mantener un genio atado a un objeto, como figura en el hechizo Encadenar a un Djinn (página 217 del Manual). Siguiendo esta tesis, el brujo emplearía un hechizo similar, Encadenar a un Familiar, aunque la tirada de Teología sería Cristiana, no islámica, para introducir el demonio en un objeto que se vuelve mágico. Un familiar demoníaco encerrado en un objeto no puede enseñar hechizos, pero puede prestar otros servicios.
-Redoma o Cristal: el demonio encerrado en una redoma responderá con veracidad a una pregunta al día, aunque puede ser muy críptico.
-Anillo: el portador se halla de forma permanente bajo los efectos de un solo hechizo a escoger (Amor, Amuleto del Fullero, Fortuna, Lámpara de Búsqueda, Guerra)
-Redoma o Cristal: el demonio encerrado en una redoma responderá con veracidad a una pregunta al día, aunque puede ser muy críptico.
-Anillo: el portador se halla de forma permanente bajo los efectos de un solo hechizo a escoger (Amor, Amuleto del Fullero, Fortuna, Lámpara de Búsqueda, Guerra)
Como no existe un hechizo de Invocación de Demonio Familiar, la mayor parte de las veces, los lutines cumplen ese papel en Aquelarre. De esta manera, un brujo podría emplear Engendrar Lutín para crear a uno de estos diablillos y luego encerrarlo en un anillo, con lo que podría estar seguro de su fidelidad. Otra forma de conseguir un familiar es mediante Aquelarre Menor, porque prácticamente cualquier demonio menor al que se invoque podrá facilitárselo, ya sea en forma a animal o del objeto. Una tercera forma es invocar a un Demonio Elemental, ya sea una Sombra o un Gnomo. En cualquier caso, es recomendable recurrir al conjuro Círculo de Protección para asegurarse de que el hechicero no acaba convirtiéndose en el juguete de un diablo.
Mago invocando a un demonio |