Virgen del siglo XIV |
En el Manual se incluyen varias referencias a las criaturas celestiales, tanto en el capítulo Ars Theologica como en el Angelicum Natura, pero, curiosamente, no hace ninguna referencia a ninguna de dos de las figuras más importantes de la fe cristiana: Jesucristo y la Virgen María. Esta ultima es la más interesa porque una característica de la religiosidad en la Baja Edad Media fue la expansión del culto mariano. De
esta manera, describir a un PJ como adorador de la Virgen María no solo
sirve para darle un barniz más histórico, sino también para
distinguirlo aún más de los fieles de otras religiones, como los judíos o los
musulmanes.
El auge del culto mariano comenzó en el siglo XI en el Siglo XII su adoración era ya tan popular que comenzó a eclipsar la de santos tan populares como Santiago, lo que llevó a la decadencia del Camino, al tiempo que surgían lugares de culto mariano en ciudades como Guadalupe u Oviedo que se convirtieron en los nuevos focos de peregrinación. Los estudiosos apuntan a que el fenómeno fue paralelo a la expansión de las órdenes mendicantes, como los dominicos, que adoraban a la Virgen y se dedicaban a predicar el Evangelio al pueblo llano. Mucho más preparados que los sacerdotes seglares, que tenían es escasos conocimientos de Teología, los frailes estaban también formados como oradores para que pudieran llegar con sus prédicas a las masas.
El auge del culto mariano comenzó en el siglo XI en el Siglo XII su adoración era ya tan popular que comenzó a eclipsar la de santos tan populares como Santiago, lo que llevó a la decadencia del Camino, al tiempo que surgían lugares de culto mariano en ciudades como Guadalupe u Oviedo que se convirtieron en los nuevos focos de peregrinación. Los estudiosos apuntan a que el fenómeno fue paralelo a la expansión de las órdenes mendicantes, como los dominicos, que adoraban a la Virgen y se dedicaban a predicar el Evangelio al pueblo llano. Mucho más preparados que los sacerdotes seglares, que tenían es escasos conocimientos de Teología, los frailes estaban también formados como oradores para que pudieran llegar con sus prédicas a las masas.
A los plebeyos, más que al pantocrátor que a la Iglesia le gustaba representar en sus templos, sentado en el trono celeste rodeado de ángeles, les atraía la imagen de un Jesús o más humano, pobre, tanto en el pesebre como en la cruz. Un personaje que sufría en este mundo como sufrían elos.Y a su lado se encontraba siempre su madre, una figura misericordiosa, llena de consuelo para su hijo y para todos los fieles. María, a pesar de su carácter sagrado, debido a su condición humana parecía más cercana a los creyentes. Ella comprendía lo que era ser pobre y humilde. Y sobre todo, mortal.
Con el incremento de su popularidad, las historias piadosas sobre apariciones de la Madre de Dios empezaron a sucederse. Aparecía a los pobres desamparados y a los pecadores, enviándoles ángeles, evitando que los demonios se llevaran su alma pecaminosa o ayudándoles a regresar al buen camino e incluso librándoles de su merecido castigo, conmovida por sus sinceras oraciones.
Pero la Virgen también es muy popular entre las clases altas, en parte debido al fenómeno del amor cortés, que idealiza a la mujer y exige adorarla a la distancia, con un amor casto, lleno de pruebas. Un amor que convierte al caballero en un fiel servidor de su amada, como un sacerdote lo es de Dios. De esta manera, los caballeros sentían a María como la dama por antonomasia, hasta el punto de que algunas espadas llevan el "Ave María, gratia plena, ora pro nobis" grabadas en sus hojas, en el arriaz o en el pomo, rodeando el escudo de su propietario. Los intelectuales también adoran a la Virgen, y tanto el Arcipreste de Hita le dedican numerosas composiciones encuadradas dentro del mester de clerecía. Entre sus títulos se contaban los de Madre de Dios, Reina del Cielo, Nuestra Señora, Madre, templo de Dios, Estrella, Puerta del Cielo y Puerto de Salvación.
En el Juego, la Virgen María puede ser invocada por los jugadores de la misma manera que cualquier santo (ver pág. 269 del Manual, "Rezando a los santos"), solo que no es necesario pasar una tirada previa de Teología para averiguar qué figura es el la apropiada para el caso de apuro en el que el PJ se encuentre: la Madre de Dios sirve tanto para un roto como para un descosido. En casos extremos, incluso puede aparecerse ante el fiel (o pecador).
Virgen María
La madre de Dios suele aparecerse como una mujer joven cubierta con una túnica blanca y una túnica azul, envuelta en un nimbo de Gloria y rodeada por un olor a rosas.
FUE 10 Altura: dos varas
AGI:15 Peso: 120 libras
HAB: 15 RR: 300%
RES: 20 IRR: 0%
PER: 20
COM: 20
CUL: 20
Protección: es invulnerable a todo daño físico
Armas: carece
Ritual de la Fe: todos.
En el Juego, la Virgen María puede ser invocada por los jugadores de la misma manera que cualquier santo (ver pág. 269 del Manual, "Rezando a los santos"), solo que no es necesario pasar una tirada previa de Teología para averiguar qué figura es el la apropiada para el caso de apuro en el que el PJ se encuentre: la Madre de Dios sirve tanto para un roto como para un descosido. En casos extremos, incluso puede aparecerse ante el fiel (o pecador).
Virgen María
La madre de Dios suele aparecerse como una mujer joven cubierta con una túnica blanca y una túnica azul, envuelta en un nimbo de Gloria y rodeada por un olor a rosas.
FUE 10 Altura: dos varas
AGI:15 Peso: 120 libras
HAB: 15 RR: 300%
RES: 20 IRR: 0%
PER: 20
COM: 20
CUL: 20
Protección: es invulnerable a todo daño físico
Armas: carece
Ritual de la Fe: todos.